Archivo mensual: enero 2012
Ciudad de sueños y luz
Mi Sur
El Salto al Vacío
Uno de los sueños más recurrentes del ser humano, desde que Freud nos dio la idea, es aquel en el que nos vemos volando por el cielo, sin necesidad de tener alas de pájaro ni motores. Pues bien, en Laos es posible hacerlo. Uno de los destinos para los aventureros que viajan al sudeste es precisamente la Reserva Natural del Bokeo, donde la compañía Animo, con ayuda gubernamental y la población indígena de las montañas, ha creado la Gibbon Experience, un proyecto de ecoturismo y adrenalina imposible de pasar por alto. Y de lo que se trata precisamente es de lanzarse al vacío, y de recorrer la inmensidad de la selva con la mirada desde una altura de 300 metros sólo colgado de un cable. A través de la selva dos guías locales muestran el camino a una casa de dos pisos, situada en el Gran Árbol (si te decides por la modalidad clásica del proyecto, pero hay otras diferentes y de más días) y construida con madera y paja, pero provista de cocina e incluso de ducha y a la que también se logra acceder a través de las eternas tirolinas. Es allí donde un máximo de ocho personas disfrutarán de una noche nunca antes imaginada rodeada de los sonidos de la noche, del crujido de los animales moviéndose alrededor y los ojos brillantes de los monos Gibbon asomando en la oscuridad. La experiencia es vital, te hace sentirte vivo al notar el viento en la cara a tantos kilómetros por hora, sobrevolando ríos y tocando las copas de los árboles más altos al extender la mano. El horizonte a lo lejos se llena de los verdes profundos que sólo en la selva pueden existir, y las montañas se dibujan sobre el cielo lleno de nubes esponjosas y cargadas de con la lluvia de la tarde. Es una experiencia única, en toda su complejidad. La sensación de sentirse minúsculo es abrumadora frente a la gran inmensidad que se extiende en todas direcciones e incluso el cielo parece algo nunca antes conocido, tan copado de estrellas que su luz resulta suficiente para ver dentro del refugio.
Sin embargo, conviene tener en cuenta ciertas cosas para disfrutar al máximo de una aventura tan inigualable:
- PROTEGE TUS MANOS
Unos guantes reforzados en las palmas son imprescindibles, al igual que vestir pantalón largo y botas de montaña. En Huay Xay, capital de la provincia del Bokeo a orillas del Mekong y puerta de entrada desde Tailandia, está la oficina oficial de la Gibbon Experience donde se pueden adquirir todas estas cosas.
2. COMPRUEBA QUÉ TIEMPO VA A HACER
Cuidado con la lluvia. Las caminatas se duplican en número de horas y los cables pueden ser peligrosos, así que merece la pena consultar la meteorología antes de pagar.
3. PRUEBA A HABLAR COMO LOS LOCALES
La gente local no habla inglés, y menos español, pero el lenguaje de signos es universal. Con suerte uno de los guías o incluso los dos podrán comunicarse en inglés contigo. La intuición es tan importante para entenderse con ellos como el conocimiento de otro idioma. No está de más conocer algunas palabras laosianas (Hola- Sabai dii, Gracias- Khop tchai, Adiós- Pai kone deu, Buena suerte- Sok dii, Perdón- Kho thot, étc.).
4. VUELA SEGURO
Asegúrate siempre de que las cuerdas están correctamente enganchadas al cable (la principal delante, la de ‘seguro’ detrás) y de que el freno tiene la parte más amplia mirando hacia atrás. Si no, corres el riesgo de quedarte a mitad de cable y tener que recorrer el resto impulsándote con las manos.
5. GRÁBALO TODO
No olvides una cámara de video o fotográfica. Nunca has visto nada semejante y merece la pena dejar constancia de ello. Pero cuidado con la lluvia, protégela siempre con una funda impermeable (incluso existen ciertas fundas sumergibles que pueden ser de gran ayuda).
5. LLEVA POCO PESO
No cargues con cosas innecesarias. El camino hasta el refugio es largo y cuesta arriba. No necesitas llevar más que una linterna, un impermeable, unos calcetines de repuesto, algo de abrigo y sobre todo, una o dos botellas de agua, la suficiente para aguantar varias horas de camino. En el refugio los guías preparan una cena típica laosiana y hay agua corriente, y por la mañana te suben el desayuno, pero no está de más llevar un tentempié para momentos de debilidad.
6. PROTÉGETE
Lleva siempre contigo un espray contra insectos tropicales. Úsalo especialmente antes de ir a dormir, incluso aunque te cubra una mosquitera. Ten cuidado con el barro, ¡podrías rodar montaña abajo solo por un tropiezo!
7. RESERVA CON ANTELACIÓN
Esta aventura suele coparse muy pronto durante los meses más turísticos, entre mayo y septiembre. Reserva con antelación si estás completamente seguro de que vas a estar allí unos días en concreto y no tendrás ningún problema. Puedes hacerlo a través del e-mail: info@gibbonexperience.org o del teléfono (084) 21 20 21
8. CUIDA DEL ECOSISTEMA
Protege el entorno, no tires basura ni hagas fuego o asustes animales. Recuerda que tú eres el huésped de la selva.
9. DISFRÚTALO COMO SE MERECE
No dejes pasar la oportunidad de darte una ducha al atardecer y enamórate de las vistas. El contacto con la selva se convierte en una experiencia espiritual.
Disfruta del silencio. Si esperas unos minutos verás cómo los sonidos de la jungla se vuelven atronadores cuando los animales se sienten libres de presencias ajenas.
Y sobre todo coge impulso y no cierres los ojos mientras vuelas. ¡Nunca te sentirás tan vivo como en la Gibbon Experience!
Para más información:
El objetivo del viaje
La mayoría de veces el objetivo es completado sólo por el destino al que nos dirigimos. El viaje acontece solamente en pro de llegar. Pero hay viajes que son otra cosa: son una búsqueda vital, un regreso a las propias raíces. Así lo muestra Humberto Solás en «Miel para Oshún», película que recogió grandes premios internacionales y que más allá de la historia del protagonista, Roberto, un exiliado cubano que vuelve a su patria en busca de su madre, subyace el verdadero deseo de su director de mostrarnos la Cuba más real, la que nadie conoce y de la que no se habla en las revistas de viajes.
Es la Cuba de los caminos a bordo de un coche sin aire acondicionado y ritmos de Cuarteto Rufino o Celia Cruz, la Cuba de la pereza y la desidia, la Cuba del tiempo que nunca acaba, que permanece inmutable siempre, hasta que cae la noche. La Cuba de verdad.